15-M
Obedecer bajo la forma de la rebelión.Tesis sobre la
indignación y su tiempo. Colectivo Cul de Sac
Ediciones
El Salmón – Alicante / Madrid, Junio de 2012 – 64 páginas – 4
euros – 18,5 x 12 cm
El 15-M ha
supuesto la alineación de una parte de la población, hasta ahora
sólo desencantada, para la defensa por otros medios del orden
establecido. Ha exclamado su pretensión de mantener las condiciones
de una vida insostenible al módico precio de olvidar la opresión
pasada, justificar la presente y preparar la futura. Cuando
la sumisión está tan arraigada usa la forma de la rebelión para
afirmar su renuncia. Lo más significativo de los indignados no
son sus proclamas, aquello que gritan a los cuatro vientos, sino lo
que callan, sobre lo que no tienen más remedio que guardar silencio.
¿Indignación ante qué? ¿Ante la inhumanidad del mundo que nos ha
tocado vivir y el papel represivo de cualquier Estado, o ante los
precios de los pisos y la inutilidad de los títulos universitarios
para conseguir un trabajo bien remunerado? ¿Con qué se indigna la
clase media occidental?
El
tiempo de la indignación es el tiempo de la defensa de los
privilegios, no el de la revolución contra el orden que los produce.
Ir en su contra supondría aceptar una reducción drástica de muchas
comodidades y prebendas que la organización técnica nos ofrece, y
esa perspectiva no es alentadora para la mayoría. Más bien es
exactamente lo contrario de lo que defienden cuando se indignan.